El Templo expiatorio de la Sagrada Familia es la obra maestra de Antoni Gaudí, a la cual dedicó toda su vida. Hay que decir que aún hoy no está acabada y que para los barceloneses se ha convertido en un símbolo en constante transformación que nunca deja de sorprender.
No os podéis perder bajo ningún concepto una visita a esta obra maestra. Se trata de la obra que mejor ejemplifica las diversas etapas evolutivas de la arquitectura de Gaudí: neogoticismo, naturalismo, simbolismo y ornamentalismo.
El templo fue ideado como una construcción simbólica. La estructura piramidal representa el símbolo de Cristo, con tres fachadas monumentales: la oriental que da a la calle Marina es llamada el nacimiento y fue la única acabada por Gaudí. La occidental que da a la calle Sardenya recibe el nombre de Pasión. Y la meridional todavía no acabada y que será la entrada principal y la más grande de todas, situada en la calle Mallorca, representa la Gloria.
En el proyecto inicial, en cada fachada cuatro torres o campanarios simbolizan los 12 apóstoles, las torres tiene una altura entre 80 y 112 metros. El interior de alguna de ellas aloja una espectacular escalera de caracol que llega casi hasta arriba de todo. No os perdáis la espléndida vista que ofrece tanto de Barcelona como del propio templo.
En el claustro, que es exterior, hay una capilla dedicada a la asunción de la virgen Maria. Este claustro tiene una disposición muy innovadora ya que aísla el templo del ruido externo.
La página web de la Sagrada Familia es: www.sagradafamilia.org
Al salir de la Sagrada Familia, subir por la Avenida Gaudí, calle peatonal que os llevará hasta el “Hospital de la Santa Creu y de Sant Pau”
El conjunto está incluido dentro de un recinto correspondiente a 9 manzanas del ensanche. Fue uno de los proyectos de Luis Domench i Montaner del año 1901 y es otro de las grandes obras del modernismo. El hospital está construido por numerosos pabellones independientes.